En muchas ocasiones vemos desde lo lejos un color en el envoltorio de un producto o en el uniforme de un trabajador y, el solo hecho de ver el color y comprender que actividad esta haciendo sabemos de que marca se trata, aun sin leerla.

Es difícil desde el punto de vista del branding imponer que un color sea sinónimo de una marca en la mente del consumidor, pero si se logra este trabajo, el carácter distintivo de esta característica es inmenso.

La ley de marcas establece específicamente que puede considerarse marca las combinaciones de colores aplicadas en un lugar determinado de los productos o de los envases.

Si tu marca tiene un gran color, no dejes de protegerlo.